Siempre he sido una enemiga acérrima del frío. Él me miraba, con sus temperaturas bajas, sus pocas horas de luz y su niebla que consigue filtrarse por la ropa hasta abrazar los huesos y yo siempre le respondía de la misma forma, con mantas, cafés calientes y metiéndome debajo del nórdico. Pero, ¿sabéis qué? Eso se ha terminado (más o menos, sigo metiéndome debajo de las sábanas). Conseguí darle la vuelta a la situación y convertir todo esto en una ventaja. Quiero hablar del invierno y la inspiración.
Una de las cosas que no me gusta del invierno es su temperatura. Soy de sangre caliente así que encontrarme la calle con tres o cuatro grados de temperatura es un suplicio para mi. Sin embargo, he encontrado que el silencio de la montaña en esta época del año o incluso, estar sentada en la cristalera de una cafetería en plenas Navidades es de los más inspirador para mi. Son lugares completamente opuestos: silencio y bullicio. ¡Aclárate, Patri!. Tranquilos, que os cuento. El frío y las pocas horas de sol tienden a cansar mi mente y a que se apague mucho antes de lo que lo haría en verano. Mi cuerpo siente que las siete ya es una buena hora para parar de escribir cuando realmente es una buena hora para cualquier cosa. Por eso, me gusta aprovechar esos rincones para extraer algo positivo.
El silencio de la montaña junto a una chimenea es algo real (al menos en mi caso). Tengo la suerte de poder contar con un lugar idílico en el que sentarme con una manta junto al fuego y ver la madera arder. Cuando siento que mi mente se bloquea, solo tengo que mirar dentro del fuego y es como si me hablase o pudiera hacer arder mi cansancio. Calienta mis manos y mi mente y me permite seguir tecleando. Además, ¿puede haber algo más bonito que ver como nieva a través de la ventana?. Además, estos momentos de silencio y soledad los aprovecho para adentrarme en el personaje principal, en analizar su carácter, su comportamiento y en darle una profundidad que él/ella mismo necesita para ser real.
El bullicio de la calle concurrida. He llegado a desactivar las voces en mi mente y solo escuchar bullicio. El centro de la ciudad está repleto de personas cuando llega esta época del año. Van de aquí para allá pero justo una se para en el semáforo de enfrente a la cafetería en la que estoy sentada y veo como agita el pelo para ponerlo a resguardo en una coleta, veo como se recoloca el bolso sobre el hombro, como coge la mano de su pareja o como mira enfadada al semáforo porque dura demasiado, como... hay miles de cosas en las que puedes fijarte y que forman parte de la "gente corriente", gente como tú y como yo, pero que pueden servir de fuente de inspiración. Darte ese detalle en concreto que quizá dará pie a un personaje, o a una trama nueva o tal vez, a un amor inesperado.
Por lo tanto, sí, el invierno es una época muy mala para mi pero al mismo tiempo, he conseguido darle una vuelta a esa negatividad que se apodera de mi llegado el mes de diciembre para ver una estrella lejana que quiero alcanzar en mi inspiración. Recordad, lo importante es encontrar siempre un refugio, un sitio donde os sintáis cómodos y que pueda permitiros ser libres de escribir. Además, todo siempre se puede escribir mejor con una taza de café, té o chocolate.
Y tú, ¿te gusta escribir en invierno?
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A mi lo que me encanta en invierno es leer. Un buen libro, una manta, un chocolate caliente...y si fuera esta lloviendo aun mejor.
ResponderEliminarEn verano ando demasiado acelerada queriendo hacer mil actividades fuera de casa jejeje.
Hola :)
ResponderEliminar¡Qué linda reflexión! Para mi el invierno es tranquilidad, comodidad, té caliente, abrigos y libros ^^ Aunque es una época en que suelo enfermarme, eso no le quita la belleza ;D
Besoss
Me gusta mucho escribir con una bebida caliente en la mano, la verdad es que lo prefiero a escribir en verano ya que no hay modo de sentirse a gusto de ningún modo. Espero ponerme con la escritura en serio muy pronto :)
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