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viernes, 21 de julio de 2017

Los villanos también tienen corazón

Los villanos

Bienvenidos de nuevo a un nuevo post relacionado con mis aventuras como escritora. En este caso, vengo a hablar con vosotros de algo que lleva mucho tiempo rondando por mi mente y que es fruto de años de compadecer a los personajes menos agraciados de las historias que he leído. Hablo de los villanos.  Sí, esos personajes malvados hasta la médula, corrompidos por el poder, con verrugas en la nariz, con ansias de dominar el mundo, con tendencia a matar a nuestros personajes queridos y con tan mala suerte que los hemos condenado a un rincón exiliado de nuestro corazón. 

Salgo en defensa de los villanos literarios

Hoy, vengo a defender a esos malvados personajes. Estaréis pensando que quizá esté loca pero quiero exponer mis motivos. La esencia de toda novela es obtener un equilibrio entre desarrollo de personajes y armoniosidad en la trama pues bien, a título personal considero que la creación de unos buenos personajes es clave para que una historia sea creíble. Sin embargo, todo lo perfecto y puro trae consigo a su némesis perfecta, el caos y la destrucción. Los villanos. Todos los príncipes tienen que enfrentarse a unas malvadas brujas para salvar a la princesa. Todos los superhéroes tiene que destruir a esos superhéroes que no se ajustaron a las mallas adecuadas. Todos los revolucionarios tienen que destronar la tiranía de los déspotas. Y yo me pregunto... ¿alguien ha pensado en los sentimientos de esos pobres villanos?


El 99% de las novelas que se publican están protagonizadas por esas personas "buenas" que nos narran la historia desde su punto de vista y el malo malísimo encarga la putrefacción del alma. ¿Alguien se ha puesto en el punto de vista de esos malos? No os preocupéis, responderé rápidamente a esa pregunta con sinceridad. NADIE. A nadie le importa que ese villano haya tenido seguramente una infancia traumática y que por eso tenga tendencias homicidas, o que sus padres le abandonan y que por eso necesite secuestrar a personas para sentir la compañía humana, que le guste manipular las emociones de otras personas porque traicionaron su corazón hace tiempo, que le gusta ... Podría decir muchos alegatos en su defensa.

¿Nacen villanos o se crean villanos?

Sinceramente, salgo en defensa de estas pobres almas que se han ganado nuestra repugnancia y odio y que solo han sido creadas para un fin claro y determinado, ser los enemigos mortales de los queridos protagonistas. Su única función es detener, incordiar, perturbar e incluso, agredir a los que roban más protagonismo en las páginas. Me duele decirlo pero no es oro todo lo que reluce y en ocasiones, me interesa más la vida de estos personajes que del propio príncipe.
Adoro las novelas que se atreven a mostrarnos retazos de las experiencias vitales o el punto de vista de estos villanos para que tengamos una visión más completa de su historia y de los motivos por los que están haciendo tal o tal cosa. Necesito comprender todo.

Por eso, pido que reflexionemos sobre si estos personajes se han ganado nuestro odio porque realmente se lo merecen o si han sido los autores quienes los han puesto para estar en discordia.

Personalmente, soy de las escritoras a las que les encanta conocer a estos personajes y que se detiene a darles su papel en la historia. No son meros elementos discordantes sino que son elementos vivos que cambian con la historia e influyen en ella. Si queremos que el personaje bueno nos cuente sus hazañas, ¿por qué no conocer a esos villanos también?

Salvemos a los pobres villanos.






martes, 27 de diciembre de 2016

Mi gran problema: Los nombres


Hola a todos y bienvenidos a otra entrada más del diario (de problemas) de Little Red como escritora. Desde que tengo memoria y uso de razón (más bien, de razón), he tenido un problema con mi capacidad no solo de recordar los nombres de las personas sino que en lo relativo a la creatividad... digamos que mi mente es incapaz de crear nombres. No digo de inventar nombres imposibles combinando vocales y consonantes que haga que sean prácticamente impronunciables sino para poder coger un nombre ya existente y decirle a mi protagonista: "Te llamas así".


Este problema con los nombres empezó desde que era muy pequeña. Me presentaba a algún familiar y olvidaba rápidamente su nombre. Y peor es, cuando hablamos del aspecto de relaciones sociales. Os pongo en situación: Little Red empieza la universidad y conoce a muchas personas nuevas en clase, ¿cuántos nombres creeis que es capaz de recordar? Yo os lo voy a decir... NINGUNO. Imagino que es mi mente la que decide no retener ese tipo de información, no porque no la considere importante sino porque no presto atención (todo puede ser).

Total. Que cuando empecé a trabajar, mi compañera me dio un gran consejo: LITTLE RED tienes que repetir 3 veces el nombre de cada persona. Y... MAGIA. Ahora, siguiendo este consejo, soy capaz de recordar nombres durante años y asociar rápidamente voces y caras a nombres y apellidos. En serio, para mi, esto es un avance de proporciones épicas. 

Sin embargo, aunque parece que esta tendencia al olvido se ha ido curando poco a poco he de reconocer que la imposibilidad de crear nombres para mis personajes es una enfermedad galopante. Cuando comienzo una nueva idea y las tramas comienzan a brotar y bailar en mi mente, siempre es un personaje etéreo sin nombre pero con cuerpo el que va a vivir todo aquello que tengo en mi mente. ¿El problema? No tiene nombre. Y por ello, y siendo una confesión para aquellas personas que algún día puedan tener alguna de mis historias en sus manos, quiero decir que el nombre de mi personaje principal de la actual historia es una ligera variación del nombre de mi hermana pero su apellido... y el apellido y nombre del resto de los personajes de mi historia están extraídos siguiendo la estética de juego de rol online. 
Aunque se que me vais a llamar rara por esto, quiero decir que la idea vino de un amigo que me estaba comentando que estaba jugando a un juego online con unos amigos. Yo estaba en pleno proceso Nanowrimo, con una trama comenzada pero con muchas XXXXXXX en el puesto del nombre de la protagonista y necesitaba con urgencia una forma de referirme a ella. Pero no solo a ella, sino a una retahíla de personajes con vida.

Si eso no fuera suficiente, para terminar de concretar el nombre de mi protagonista pregunté a varias personas nativas (un inglés, una americana y un alemán) que cómo les sonaba mejor el nombre que yo tenía en mente si con una "a" o con una "e" en medio. Una locura. No porque no pudieran darme una respuesta sino porque me miraron como si estuviera loca.

Ah! y casi se me olvida. Coloqué un anuncio en una biblioteca pidiendo sugerencias de nombres para una novela de fantasía. Para la cual, solo una persona puso uno :(

¿Lo veis? MI problema sigue sin curarse y soy incapaz de poner nombres con lógica. No quiero nombres comunes (entendiendo nombres propios del siglos XXI) sino que tienen que seguir algunos patrones culturales que yo he creado en la novela. Aun así... siempre necesito ayuda.

¿entendéis mi locura?

¿Quereis leer más artículos? Echadle un vistazo a la nueva sección del blog"Diario de una escritora en apuros"
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